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El pasado 30 de junio en Seúl, la empresa coreana de energía eléctrica KEPCO autorizó oficialmente el montaje en su red de baja tensión de los conectores subterráneos de la serie PiranhaTM de Sicame Australia, tras cuatro años de demostraciones técnicas y acciones comerciales.

Para responder a las demandas coreanas (cables con secciones comprendidas entre 70 y 300 mm2), se diseñaron dos nuevos PiranhasTM específicos. Uno de los conectores, el PHM4-70-300G-V0, cuenta con un cable de tierra único integrado en el conector que conecta el sistema neutro a tierra en los sistemas MEN. Los dos conectores disponen también de sobremolduras negras inifugas, un requisito que exige KEPCO para todos sus conectores subterráneos. El nuevo PiranhaTM se ha sometido a todas las pruebas de la norma ANSI C119. El desarrollo de estos conectores ha planteado formidables desafíos tanto en diseño como en pro- ducción. Uno de los mayores fue idear, para una gama de cables de 70 a 300 mm2, un diseño de geometría innovador en los elementos de la cámara de conexión.

También la fabricación y la estanqueidad del cable de tierra integrado presentaron nuevos problemas para concebir las herramientas de producción. La prueba de conformidad con la ANSI C119 y la posterior aprobación de KEPCO han demostrado que el equipo de diseño de Sicame Australia era capaz de hacer frente a estos desafíos.

El desarrollo de este proyecto comenzó en 2012, cuando Charles Chin (Sicamex Asia) insistió en presentar un PiranhaTM a un grupo de ingenieros de KEPCO en Seúl. Aunque en ese momento no parecía haber interés, a los seis meses nos contactó V & P, una empresa desconocida para nosotros hasta entonces, con el encargo de que suministráramos a KEPCO muestras para un ensayo.

El ensayo tuvo lugar por fin con modelos existentes de la gama PiranhaTM y tras largas conversaciones y numerosos cambios, se decidió el diseño final y comenzó la producción tras el visto bueno al producto. El proceso de aprobación del producto fue largo e incluyó una visita de los ingenieros de la fábrica de Australia de KEPCO para «verificar la conformidad». También hubo que superar las barreras lingüís- ticas hasta el punto de que fue necesario contratar los servicios de un intérprete profesional.

Las especificaciones y los procesos de aprobación de KEPCO se respetaron religiosamente sin desviación posible. El resultado de este proceso, que duró más de 4 años, abre al Grupo la puerta del mercado coreano con este primer negocio.